Cómo crear una cultura laboral incluyente
- TANIA GISETH OVIEDO DIAZ
- 11 abr 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 7 may 2022
Autor: ExpokNews
Fecha de publicación: 8 de abril de 2022
Dirección Web: https://www.expoknews.com/cultura-laboral-incluyente/
Palabras clave: Laboral – RSE – Diversidad e inclusión – Personas - Cultura

“SI HUBIERA QUE SEÑALAR”, de manera lo más sucinta posible, los principales rasgos del tipo de sociedad que se está configurando en América Latina con el nuevo modelo acumulativo de signo globalizador, se podrían identificar tres fenómenos: la transnacionalización de las élites; la fragmentación de los sectores medios, y la exclusión social que está afectando a amplios sectores subalternos. De acuerdo a las tres ideas mencionadas anteriormente, se plantean una serie de retos analíticos para profundizar la reflexión en torno a la exclusión social en nuestra región.
La primera idea tiene que ver con la primacía que hemos otorgado a la exclusión laboral en el análisis del fenómeno de la exclusión social en América Latina. Sin asumir posiciones reduccionistas, donde todo tipo de exclusión social tiene que ser interpretada en clave de exclusión laboral, creemos que habernos centrado en ella confiere consistencia analítica al primer término; de esta manera, podemos comenzar a superar la ambigüedad que lo caracterizó desde sus orígenes. Obviamente, los diferentes tipos de exclusiones sociales deben ser abordadas en su especificidad, pero la reflexión acerca de la exclusión laboral queda como un referente para evitar la dispersión analítica. Una segunda idea tiene que ver con la necesidad de ir más allá del análisis de corte estructuralista.
Las exclusiones activas, por utilizar la terminología de Sen, se inscriben dentro de un análisis de la acción social. De hecho, incluso se puede decir que las exclusiones pasivas, de naturaleza más estructural, pueden ser interpretadas, en última instancia, como resultado de exclusiones activas cuando se analizan situaciones concretas. Pero también, y esto es aún más importante, hay que tomar en cuenta las reacciones de los excluidos a su condición social. Al respecto se pueden vislumbrar tres tipos de respuestas: la primera es la salida y se expresa en la migración internacional. En este caso, dado el carácter paradójico del fenómeno migratorio, a través de las remesas habría una reinserción de estos excluidos a la sociedad integrada, convirtiéndose, gracias la glorificación perversa de las remesas en la actualidad, de villanos emigrantes en héroes remesores.
La segunda conlleva la resignación y la aceptación del orden social, implicando la naturalización de las desigualdades, facilitada por ciertas cosmovisiones religiosas. Ésta sería una respuesta que supondría que el arreglo social de la sociedad integrada conlleva la marginación de parte de la sociedad como "proceso natural". Y la tercera es la violencia, la cual contesta abiertamente las desigualdades y la dualización de la sociedad, desatando dinámicas sociales cuyas consecuencias disgregadoras no podemos aún vislumbrar. Todas estas respuestas representan problemáticas claves desde las cuales hay que profundizar la reflexión sobre la exclusión social.
Y, finalmente, hay que llamar la atención en lo tocante a los procesos de institucionalización de la exclusión y sus consecuencias. La dualización de nuestras sociedades implica que se resquebraja la utopía de comunidad nacional. Esto, además, tiene lugar en un contexto donde el desarrollo de la acción colectiva se dificulta, acentuando así este proceso disgregador. Pero, por otro lado, dicha comunidad es el referente insoslayable de uno de los rasgos políticos más importantes de nuestra región en la actualidad: la democracia como régimen político. Es decir, surge la vieja contradicción entre ciudadanía política y social, con lo que se plantea un gran desafío para las sociedades de la región: cómo preservar y desarrollar la democracia en un mundo de desigualdades sociales crecientes y de institucionalización de la exclusión.




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